Todo a su debido tiempo

En este mundo que va jodidamente rápido, nosotros elegimos el fuego lento.
Donde otros corren, nosotros cocinamos. Donde otros escupen marketing, nosotros mascamos verdad.
Porque no hacemos comida. Hacemos respeto.
Respeto por el pan. Por la piedra caliente. Por el tomate que aún sabe a tomate. Por tu tiempo. Y por el nuestro.
Aquí no hay prisa, hay proceso. No hay trucos, hay trazabilidad. No hay influencers, hay ingredientes. No hay algoritmos, hay alma.
Esto no va de ser los primeros en llegar. Va de ser los últimos en rendirse.
Somos Timesburg. Hijos del barrio. Nietos del hambre. Cocinamos con las manos. Miramos a los ojos. Nos manchamos los delantales. Y cuando servimos, servimos verdad.
Así que si tienes hambre de historias de las que se mastican, de las que no caben en un story. Aquí no se come rápido. Aquí se come bien.

Bienvenido al tiempo que se merece tu hambre.